Debe ser cosa de la Semana Santa, tiempo de sacrificio y pasión. Debe ser que con estas cosas uno se gana el cielo. Volvemos a la barra del bar, de relevo, por espacio de 12 días (el tiempo de vacaciones del hermano mediano). ¿Y cómo he llegado a esto, y abandonar las proverbiales vacaciones de semana santa de los profesores?..digamos que en un 50% petición materna, y un 50% cierto mono y curiosidad por ver si había perdido facultades. Total, que entre madre y yo llevamos el negocio.
La noche del jueves fue un poco extraña. Acto de entrega de llaves y alarma, volver a recordar las pautas de apertura que he estado repitiendo durante 15 años. Tras algo más de 1 año y medio fuera de servicio, tenía cierta preocupación por si había olvidado el proceso…..pero una vez puesto en harina, salió perfecto. Debe ser que está en los genes.
Aun así, hay cosas que mi hermano ha cambiado del negocio, algunas para mal (de las cuales no hablaré) y otras para bien. La primera y que más agradezco son las relacionadas con la prohibición de fumar en los bares. Una cosa es que, tras 12 horas de jornada, llegues a casa sudado y cansado….y otra muy diferente es que llegases sudado, cansado, apestando a tabaco y con los ojos enrojecidos. ¡¡¡bendita ley!!! Como consecuencia colateral, hemos tenido que volver a poner terraza de verano….y volver a manejar la bandeja para servir las mesas. Lo dicho, está en los genes y prueba superada. Ponemos galletitas con los cafés, y las tostadas salen más rápidamente que con la plancha de gas. ¿otra ventaja? Que han instalado internet en el bar (aunque me resulta casi imposible escribir nada porque constantemente hay que atender o estar pendiente del negocio).
Me he propuesto que esta sea una forma original de pasar la Semana Santa. Veamos parte del programa de actividades:
– La madrugá: en este caso ahora abrimos a las 7:00 y cerramos a las 23:00. El día comienza poniendo la terraza y rezando para que a lo largo del día no llueva (no hay cosa más molesta que poner y quitar mesas). Todo fe y devoción.
– La procesión de los borrachos: es un clásico. Tengo un cliente que es capaz de beberse 8 tercios de cerveza y 5 copas de vodka, otro que se toma 5 botellines del tirón (y que te habla del problema de alcoholismo del de las copas de vodka), y el sábado tuve la mañana amenizada por dos borrachos que se enfadaron al examinar su billete arrugado.
– El Cristo de la paciencia: suele ir asociado a la procesión de los borrachos, pero también tiene su recorrido por libre. Desde la que te pide el café descafeinado, con sacarina, templado, largo de café y oscurito, hasta el que te viene dos veces a pedir copas de coñac que no te paga y pide que le apuntes.
También voy a tratar de colgar las frases brillantes de estos días en facebook, para que os hagáis una idea de la gente que atiendo. En fin. Que hasta el martes 26 que me incorporo al cole, toca volver a la barra. Mucho trabajo, pero también buenos ratos con clientes interesantes, nuevas anécdotas, intentar leer algo entre cliente y cliente…..y volver a recordar cosas.